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El grito de emergencia de los migrantes marroquíes atrapados en Canarias

Miércoles 10 de febrero de 2021, por Bladi.es

Muchos migrantes marroquíes llegados en pateras a las Islas Canarias están hartos de vivir esta experiencia traumatizante. Tras pasar muchas noches en el muelle de Arguineguin y su estancia en los centros de retención para migrantes, su único objetivo es continuar su camino hacia España.

Mohamed, un estudiante marroquí de 22 años, forma parte de más de 400 inmigrados clandestinos, marroquíes en su mayoría, quienes ya pasaron semanas en el centro de retención humanitario de la Fundación Cruz Blanca de los Hermanos Franciscanos, en Las Palmas de Gran Canaria. Desde hace dos meses, esperan tomar un barco para llegar a España. “Aquí, la gente sufre en silencio… Conozco a personas que ya no pueden esperar y quieren volver a Marruecos, porque están aquí desde hace cuatro o cinco meses. Aquí, las cosas van mal”, explica.

De momento, Mohamed no desespera. Afirma dar muestra de “paciencia” y “perseverancia”, porque decidió salir de Marruecos donde “no hay porvenir”, para encontrar un trabajo y continuar sus estudios en España. “Ninguno de nosotros tomó el barco con la idea de permanecer en las Islas Canarias, más bien llegar a España”, añade. Según el joven estudiante, no es posible volver a Marruecos. “Ya no quiero volver jamás. Nada quiero de Marruecos”, recalca Mohamed quien intentó en vano sacar un billete en el aeropuerto de Gran Canaria temiendo ser detenido y embarcado por la policía a un vuelo de vuelta para Marruecos.

Para la Delegación gubernamental en las Islas Canarias, los controles de policía en los aeropuertos solo tienen por objeto asegurar las medidas restrictivas relacionadas con la covid-19, y no impedir que los inmigrados viajaran. Las ONGs y abogados que defienden los derechos de los migrantes no creen esta explicación. Según estos últimos, desde el mes de diciembre, los inmigrantes no están autorizados a tomar un vuelo con destino a España u otros países de la Unión Europea, aunque tengan un pasaporte.

“Estos últimos días, asistimos a una escalada del racismo y xenofobia que entrenó la presencia de grupos organizados que amenazan y atacan a los migrantes. Fui víctima de ataque aquí en la calle, y un amigo fue golpeado. Ahora, ya no puedo salir en toda libertad”, se queja por otra parte Mohamed quien, al igual que los huéspedes de este centro, solo solicitan la autorización para continuar su viaje hacia España.